La mayor parte de las personas tienen celos de su pareja en algún momento de la relación, aunque hay algunas que los experimentan constantemente a pesar de que la otra persona no los motive. Suele darse en personas con falta importante de autoestima y una idea equivocada del amor.
Antecedentes
Tener celos esporádicos es algo normal en ambos sexos, pero las inseguridades provocan que estos trastornos se conviertan en algo más problemático, debido a que estas personas tienen una total dependencia hacia sus parejas. Esto propicia diferentes situaciones de conflicto que, en ocasiones, pueden derivar en depresión.
Hay personas que llegan a tener episodios graves de sufrimiento y angustia, haciendo que este estado le afecte también a su vida laboral y social. Existen, incluso, algunos casos dramáticos de celos que acaban en agresiones físicas hacia la pareja.
Actualmente se está produciendo un aumento de conflictos relacionados con los celos como consecuencia del auge de páginas de citas por internet.
Cómo nos afectan las Redes Sociales con la pareja
En nuestra sociedad, todavía, se ven conductas de control y posesión sobre la pareja y algunas de ellas parecen potenciarse entre los jóvenes y adolescentes debido al control total que las nuevas tecnologías permiten.
Mediante el famoso doble check, la última conexión y la propia ubicación que contienen los nuevos teléfonos, smartphones, muchas personas controlan todo, o casi todo, de su pareja y de su actividad on line.
Las redes sociales no son las inductoras de los celos sino que, según los expertos, son las que avisan de que estar conductas existen, las dan visibilidad y ahora son, quizás, más fáciles de detectar. Se espía el móvil o el perfil de Facebook.
La clave de esta conducta celosa es el concepto de amor romántico que todavía impera en nuestros días; creer en la media naranja como la persona que viene a completarnos y en los celos como la mayor prueba de amor, cuando no son más que signos de inseguridad, generan comportamientos cada vez más preocupantes, ya que aumentan las señales de violencia y posesión entre jóvenes.
Un tercio de los usuarios de esta red la emplea para tener de alguna forma bajo control a sus antiguas parejas. Entre la mitad y dos tercios han tenido contacto con una expareja a través de esta red social, y más de la mitad admite haber visitado la página de su ex para comprobar si había fotografías que indicasen que él o ella ya tenía una nueva relación.
Las actualizaciones del estado, los mensajes y comentarios en el muro, los álbumes o la lista de amigos nos permiten casi reconstruir el día a día de alguien a partir de informaciones fragmentadas…pero mucho queda a la imaginación del curioso.
Aquellos que permanecían como amigos de sus exparejas en Facebook sentían menos emociones negativas, menos deseo y menos añoranza hacia ellas. Sin embargo, seguir como amigos en Facebook de alguien con quien se había tenido una relación estaba asociado también a una menor posibilidad de crecimiento personal tras la ruptura.
La recuperación tras una pérdida romántica tiene 2 tareas: proceso de despegarse de la anterior pareja y recuperarse de las emociones negativas que se producen tras la ruptura; y otra, el desarrollo de una nueva narrativa que dé sentido a la relación pasada y a la propia ruptura, y que además siente las bases para el crecimiento personal futuro.
Si bien mantener la amistad en Facebook podría ayudar a reducir la parte del proceso ligada a las emociones negativas, puede dificultar por otro lado la parte referida a la tarea de dar sentido a una nueva identidad personal y social.
Aquellas personas que cotilleaban en la página de su ex sufrían un mayor malestar emocional, sentimientos negativos, deseo sexual hacia la expareja y añoranza de la antigua relación.
Tratar de monitorizar a la persona con que se había estado se asociaba a mayores dificultades para el crecimiento personal tras la ruptura. Facebook, aunque implique un tipo de contacto aparentemente débil con la otra persona, puede hacer que uno se vea expuesto a nuevas informaciones sobre la vida de una expareja que intensifiquen el dolor de la ruptura y dificulten su superación. Esta forma de vigilancia virtual se asocia a resultados emocionales negativos de una manera más fuerte y diferenciada con respecto a los posibles efectos del contacto en la vida real con una expareja.
La exposición al Facebook de alguien con quien se mantuvo una relación no sólo no va a hacer que las cosas cambien, sino que puede causar más sufrimiento a quién trata de estar al tanto de las novedades de su ex y parece dificultar su proceso de recuperación y ajuste tras la ruptura.
Soluciones
Los celos se pueden tratar y hacer que desaparezcan. La psicoterapia es una técnica muy buena para conseguir que la persona mejore su autoestima y otros aspectos personales para dejar así de ser celosa. Es importante que acuda la pareja con el fin de que ambos trabajen en una serie de aspectos para evitar que se produzcan más conductas celosas.
Las redes sociales y la tecnología en general son un mero reflejo de la sociedad.